(La Desamortización de Godoy en Moralzarzal)
Según recoge Jesús Martín Ramos en
su libro “Historia de Moralzarzal”, a mediados del siglo XVII
había en Moralzarzal unas cuantas instituciones que los
historiadores agrupaban bajo el nombre de Obras Pías y Capellanías.
Este tipo de instituciones fueron las primeras en ser subastadas entre 1766 y 1798 como
consecuencia del empuje de las ideas liberales, en lo que fue la
primera de las cuatro desamortizaciones que se produjeron a lo largo
del siglo XIX.
Volviendo al siglo XVII, la primera y
más importante de esta instituciones en Moralzarzal era la Capellanía de Misas
fundada por Juana Morena, esposa de Juan Gómez. El mismo capellán
atendía otras tres Memorias fundadas por Juana Martín, María
Aguada y Francisco Rodríguez.
Varios siglos después, a finales del
siglo XVIII, este tipo de instituciones habían crecido en número:
además de la citada Capellanía de Juana Moreno, existían la
Capellanía del Licenciado Alonso, la de la Misa de Alba, la
capellanía del Santísimo Sacramento, una Memoria de Ánimas, 3
cofradías (la Sacramental, la de la Virgen de la Candela y la del
Santísimo Cristo de la Buena Muerte) y 2 Obras Pías (de Huérfanos
y de la Cera Mayor). Mientras que algunas de estas instituciones
tenían el sello cebollero por haber estado fundadas por personajes
notables de la vida de Moralzarzal, otras hermandades o cofradías,
como la Sacramental y la de Ánimas Benditas, existían en otras
muchas parroquias de España.
¿Qué eran estas instituciones, que
función tenían y que importancia tuvieron en la vida de
Moralzarzal? De eso va esta entrada.
Una primera valoración: en
Moralzarzal, estas instituciones eclesiásticas gestionaban o
arrendaban 6 fincas, 12 cercas, 23 linares, 18 prados, 4 herrenes, 3
casas, 1 huerto y pajar. Si tenemos en cuenta que los terrenos de
uso común (de propios y comunales) en Moralzarzal a mediados del
siglo XIX alcanzaban el 83,07% de la superficie del término
municipal (se ha estimado en torno a 3.566 hectáreas, sobre una
superficie total de 4.260 hectáreas), las capellanías y obras pías
controlaban una parte considerable del suelo agrícola, los suelos
fértiles más cercanos al núcleo urbano, las restantes 694
hectáreas. Y libres de impuestos.
Una parte de lo que rentaban este
patrimonio vinculado a la Iglesia iba destinado a obras de
beneficencia, pero la mayoría se dedicaban a pagar clérigos que
dijesen misas y oraciones para sacar del Purgatorio a los fundadores
de dichas Capellanías y sus familias. Porque salir del Purgatorio
fue una fuente de preocupación de la sociedad española del Antiguo
Régimen. Se pensaba que la estancia en el purgatorio era transitoria
y que en algún momento, después de que las almas hubieran pagado
sus culpas, serían redimidas para gozar la vida eterna en el
paraíso. De acuerdo a los planteamientos eclesiásticos, una vez las
almas ingresaban en el purgatorio ya no podían influir en una mejora
de sus condiciones. La ayuda sólo podía venir por parte de los
vivos, que podían mover la compasión de Dios mediante misas y rezos
por el alma de los difuntos y la realización de obras pías o
acciones caritativas. Y bajo este paradigma teológico se configuró
un modelo de propiedad de la tierra que marcaría la vida social y
económica de la sociedad rural, modelo al que metió mano la
política liberal del siglo XIX.
La diversidad y complejidad de estas
fundaciones era enorme, pero intentaremos explicarlo brevemente: la
Capellanía consistía en la dotación de una plaza vitalicia de cura
(un capellán) que se vinculaba a una ermita o templo ya existente o
a una capilla privada con la obligación de cierto número de misas
que el capellán se comprometía a realizar por el alma del fundador
y, habitualmente, también por su familia. La Memoria de Ánimas era
una obra pía que se preocupaba de los pagos de los gastos de las
misas y oraciones por las animas del purgatorio. La Obra Pía era una
fundación, generalmente de carácter benéfico (atención de
huérfanos y enfermos, escolarización, dotación de doncellas
huérfanas para el matrimonio, reparto de ropa, comida, etc.), en la
que se establecían una serie de servicios piadoso-asistenciales más
o menos amplios sobre una base patrimonial, fijando también las
condiciones, los beneficiarios y el funcionamiento. Un antecedente de
la actual Cáritas.
Dado que la fundación de una
capellanía conllevaba siempre un importante desembolso por parte del
fundador, ser capellán era asegurarse una buena forma de vida. La
carrera de clérigo, que durante el Antiguo Régimen suponía un
porcentaje de la población muy numeroso, era una forma de conseguir
salir de la indigencia y conseguir cierta promoción social. Los
religiosos pugnaban por opositar a las capellanías bien dotadas ya
que les permitía completar sus precarias economías y llevar una
vida más holgada. Por eso los beneficiarios solían ser los
familiares del fundador, con lo que este tipo de instituciones
proporcionaban medios de vida a los allegados sin que las propiedades
y sus rentas (al ser bienes eclesiásticos) estuvieran sometidas a
carga fiscal alguna.
Estas instituciones
podían ser laicas o colativas. Los bienes de las primeras no
dependían directamente del Arzobispo. Pero los bienes de las
colativas, vinculadas estrechamente a la Iglesia, formaban un todo
indivisible que pasaba a formar parte del patrimonio de la Iglesia
como propiedades vinculadas, por lo que, en la mayor parte de los
casos, no se podían enajenar sin el permiso de las autoridades
eclesiásticas.
En Moralzarzal, los abusos de los clérigos en estas instituciones aparecen en el siglo XVII. Jesús
Martín extrae de los archivos parroquiales que los fundadores de las
capellanías tuvieron que pleitear porque los clérigos se repartían
las rentas y frutos de las capellanías. En una carta enviada por el
Concejo a sus procuradores en el Arzobispado de Toledo, se demanda
que “cuando los prados y dehesas de la Capellanía y Memorias
tengan leña, que se venda para aumentar sus productos ya que el
Párroco y el Capellán no lo hacen, por eso se solicita que si se
corta el monte el fruto que se obtenga sea para aumentar las rentas
de la Capellanía y Memorias y que el caudal del que se han apropiado
lo devuelvan”.
¿Y cuales eran estas Obras Pías y
Capellanías en Moralzarzal en vísperas de la primera
desamortización? En el momento de comenzar la desamortización de
Godoy en la provincia de Madrid, en 1801, y según recoge El Diario
de Madrid, el inventario de Obras Pías y Capellanías en Moralzarzal
refleja una acumulación de bienes y rentas considerable en manos de
este tipo de instituciones:
OBRAS PÍAS Y
CAPELLANÍAS DE MORALZARZAL
ENAJENADAS Y SUBASTADAS POR EL ESTADO EN
1802
Nombre
|
Propiedades
|
Valor en la subasta
(reales)
|
Obras Pías de
Huérfanos
|
8 cercas
(Tabla, Nava, Mata, Pradillos, Portada, Rasa), 3 prados (Peñas Gordas) 4
linares (Linar Grande, Linar de la Mata el Pino), 1 casa, 1 huerto y 1 pajar
|
115.060
|
Cofradía
Sacramental
|
Una cerca en
La Portala, dos prados (del Exido) y un linar en La Nava
|
15.900
|
Memoria de
Ánimas
|
2 herrenes
(Arroyo Grande, de la Fuente), 1 pajar (de la Tía Catalina), la cerca de la
Encina, 3 prados (El Zarzal, Prado Nuevo, Erillas en Zerceda), 4 linares y la
cerca de Pozuelo
|
29.000
|
Vírgen de la
Candela
|
La cerca de la
Vega, dos linares, el herrén del Cerrillo y otro en el sitio de Zarzal
|
4.600
|
Smo. Christo
de la Buena Muerte
|
Prado de Peñas
Gordas
|
800
|
Obra Pía de la
Cera Mayor
|
3 prados (de la Peña, de
Crespo) y 5 linares (de Catalina, del Regajo, del Casar)
|
10.900
|
Fuente:
Diario de Madrid, 22/07/1801, 27/08/1801 y 6/06/1802
La desamortización, la principal arma
política con que los Liberales modificaron el régimen de la
propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevo Estado,
comenzó con estas instituciones.
¿Y qué paso en Moralzarzal?. Pues que
uno de los grandes beneficiados por las subastas de las Obras Pías y
Capellanías de Moralzarzal durante esta primera fase de la desamortización fue
D. Julián Miguel de Fuentes López (1760-1835), "que adquirió una gran porción de cercas, prados
de pasto, monte y labrantío, casa y pajares en Moralzarzal,
Navacerrada y Collado Villalba, con buen numero de cabezas de ganado:
90 vacas, 28 toros y 32 añojos, mas cabras y ovejas".
La adquisición de la finca Los
Linarejos y su dedicación a la ganadería brava a cargo de D. Julián
Miguel de Fuentes López (1760-1835) ha sido datada erróneamente en
1797. Julián de Fuentes, como se le conoce comúnmente, fue regidor
de Madrid y estuvo al frente del Distrito de Palacio de Madrid
encargándose de los abastecimientos de la Corte. Vivió en Madrid
hasta el año 1785, fecha a partir de la cual es contratado por la
“Compañía de Filipinas” y destinado a China, donde residirá
entre 1785 y 1803. Si tenemos en cuenta estas fechas, no puede ser
cierta la información recogida por Jesús Martín en sus dos libros
(La Tauromaquia en Moralzarzal e Historia de
Moralzarzal) según la cual D. Julián de Fuentes tenía en 1797
una gran vacada de ganado bravo en las fincas de Los Linarejos y
alrededores del Gamonal, en Moralzarzal. Dicha información procede,
suponemos, de la revista Pan y Toros de 1896 y 1897, donde sitúan el
origen de esta información en “viejas crónicas”. Pero si
Julián de Fuentes estaba viviendo y trabajando en China en el
periodo 1785-1803 no pudo al mismo tiempo comprar y trabajar en Los
Linarejos antes de su vuelta en 1803.
Es probable que otro de los
beneficiados por este proceso fuera el abogado Nicolás Taillét,
hermano del Párroco de Moralzarzal a principios del siglo XIX,
Manuel Taillét. Natural de Villarobledo (Albacete), Nicolás Taillét
llegó a Moralzarzal en torno a 1906, siendo en 1925 dueño de
numerosas fincas en nuestra localidad.
No sabemos si hubo más beneficiados,
pero si que no empezaron bien las ideas liberales en Moralzarzal.
Entradas relacionadas:
Los orígenes del paisaje cebollero (Sobre la formación del paisaje, la propiedad y el espacio cebollero)
Moralzarzal en vísperas del zarpazo de la desamortización
La venta de los bienes del clero (La Desamortización de Mendizábal en Moralzarzal)
Fuentes:
- Diario de Madrid, 22/07/1801, 27/08/1801 y 6/06/1802.
- Fernández Collado, Ángel (2005). Las rentas del clero en 1822. Arzobispado de Toledo. Edita Instituto Teológico San Ildelfonso y Diputación Provincial de Toledo. Pags 222-223.
- Hernández Mauro,1995. A la sombra de la Corona. Poder local y oligarquía urbana (Madrid, 1606-1808). Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.
- Manuel Valdés, C.M. (1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
- Martín, J. (2007). Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
- Martín, J. (2005). La tauromaquia en Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
- Mira Caballos, Esteban. Capellanías, cofradías, fundaciones y Obras Pías en Montijo a Principios del siglo XIX.http://estebanmira.weebly.com/uploads/7/9/5/0/7950617/capellanias.pdf
- Von Wobeser, Gisela. Las funciones sociales y económica de las capellanías de misas en la Nueva España del siglo XVIII. http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn16/EHN01608.pdf
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