Su nombre era El Berrocal, o Dehesa de El Berrocal.
A partir de estas referencias, la toponimia y los cambios administrativos ocurridos en este espacio, hemos querido reconstruir su historia.
Este monte estaba cubierto por fresnedas en las zonas llanas y de suelos encharcables, y de rebollos, encinas, enebros y alcornoques en los afloramientos rocosos, en los berrocales. A partir de la toponimia, podemos especular que este gran espacio comunal superaba las 600 Ha de superficie.
La colonización y uso mancomunado de
El Berrocal se remonta al proceso de poblamiento de la falda sur de
la Sierra de Guadarrama por parte de la Villa y Tierra de Segovia,
tras la caída de Toledo en el año 1085.
El régimen de usos mancomunado entre aldeas vecinas y las villas de Segovia y Madrid se mantuvo una vez que la propiedad pasó a manos del Señorío del Real de Manzanares. Y los usos comunes también se mantuvieron una vez que los pueblos se independizaron en los siglos XVII y XVIII del Real de Manzanares, adquiriendo el título de villa, y duraron hasta el desmantelamiento del régimen mancomunado y la propiedad comunal a principios del siglo XIX.
El régimen de usos mancomunado entre aldeas vecinas y las villas de Segovia y Madrid se mantuvo una vez que la propiedad pasó a manos del Señorío del Real de Manzanares. Y los usos comunes también se mantuvieron una vez que los pueblos se independizaron en los siglos XVII y XVIII del Real de Manzanares, adquiriendo el título de villa, y duraron hasta el desmantelamiento del régimen mancomunado y la propiedad comunal a principios del siglo XIX.
Durante todos estos siglos la Dehesa
de El Berrocal fue aprovechada por los vecinos de las aldeas de
Becerril, Moral, Zarzal, El Boalo, Mataelpino, Cerceda y el Real de
Manzanares.
Las zonas llanas y con suelos más profundos debieron ser pronto roturadas y cultivadas, formando
primero dehesas de fresnos y luego praderas, en un proceso
bien conocido y documentado en otras zonas de la península. La
sucesiva eliminación del arbolado se refleja en topónimos como “Los
Praderones” y “El Gamonal”, este último un fototopónimo que
alude al gamón, una planta común en pastizales donde el uso del
fuego ha sido recurrente.
Pero la cobertura arbórea se mantuvo en las zonas no aptas para el cultivo, los afloramientos rocosos o berrocales, donde se aprovechaba la piedra, las leñas, se carboneaba o se podaban los árboles para el ramoneo del ganado.
Pero la cobertura arbórea se mantuvo en las zonas no aptas para el cultivo, los afloramientos rocosos o berrocales, donde se aprovechaba la piedra, las leñas, se carboneaba o se podaban los árboles para el ramoneo del ganado.
Jesús Martín recoge en su libro
“Historia de Moralzarzal” algunos de los pleitos ocurridos durante el siglo
XVI entre estas aldeas y el Real de Manzanares, con motivo de la
explotación de varias dehesas mancomunadas que se dedicaban al
aprovechamiento agrícola, ganadero y la obtención de leñas. La
dehesas de El Berrocal y Garganta formaban parte de estos montes litigio, junto con las dehesas del Carrascal de
Matavacas, Cabeza Yescas y Rodihuelo.
Más detalles sobre estos litigios
encontramos en la publicación "Arquitectura y Desarrollo Urbano", en los tomos correspondientes a estas localidades. Así, en 1568, la villa de
Manzanares pleitea con los lugares de Becerril, Cerceda, Moral y
Zarzal acerca del uso de determinados lugares y dehesas, fallando la
sentencia en favor de la propiedad común. Otro de los pleitos versará
sobre la distribución de las noventa fanegas de trigo que los
Concejos del Moral, Cerceda, Becerril, Boalo y Matalpino pagan a la
villa de Manzanares en virtud de la renta de la dehesa del Berrocal,
que era labrada por todos estos vecinos y en la que compartían
también los pastos y la piedra de cantería.
En 1587, y para poner paz en tanta
disputa, Cerceda, Moral, Becerril, Mataelpino y El Boalo acordaron
con la villa de Manzanares capitulaciones sobre el uso de las
dehesas del Carrascal de Matacabras, Garganta, Rodihuelo y El
Berrocal, pues aunque el uso conjunto de la tierra más extendido era
el de mancomunidad de pastos, también había dehesas, como la de El
Berrocal, labrada conjuntamente por los vecinos de los lugares
citados arriba “que en ella tienen sus suertes por las que deben
pagar una renta en dinero (700 reales) y otra en especie”. El
acuerdo fue el siguiente:
- Las dehesas de El Berrocal y Rodigüelo quedaban para el disfrute común de los lugares y de Manzanares.
- Las dehesas de Carrascal y Garganta quedaban para Manzanares, mientras que las aldeas, solamente tendrían el aprovechamiento que les correspondía por pertenecer al Real de Manzanares junto con la villa de Madrid.
- Manzanares pondría guardas en estas cuatro dehesas anteriores y las multas pasarían a las arcas de Manzanares.
- Cuando llegara el momento de cortar el “monte alto” en las cuatro dehesas el dinero sería exclusivo de Manzanares pero las aldeas podrían disfrutar de la compra de la leña.
- Las cinco aldeas podían sembrar en adelante en El Berrocal,como siempre lo habían hecho.
- En conjunto tendrían que pagar cada tres años 90 fanegas de trigo, limpio y de buena calidad. Obligatoriamente se debería llevar de manera gratuita a Manzanares.
- Las aldeas no podían coger maderas, siempre con la autorización de la villa, para su viviendas, el molino o para los edificios de ganado.
Pero la paz duró sólo algunas
décadas. El historiador
Jesús Martín ha recuperado de los archivos municipales de Moralzarzal interesantes datos sobre los problemas
que siguieron teniendo los vecinos con un poderoso estamento de la
época, el Honrado Concejo de La Mesta. Entre los años 1609 y 1610,
los vecinos de estas aldeas fueron acusados por La Mesta de arar y
sembrar en varios montes de propios y comunales, entre ellos la
Dehesa de El Berrocal, un tipo de conflicto muy común en aquellos
siglos dado el enorme poder de esta institución ganadera.
En 1614, El Boalo, Mataelpino, Becerril y Cerceda pleitean nuevamente contra La Mesta, esta vez por El Gamonal, hoy un espacio desarbolado en termino municipal de Moralzarzal pero también de uso mancomunado por aquel entonces. Y nuevamente fue por las pretensiones de la cabaña real ganadera de evitar la roturación de los espacios de uso mancomunados.
En 1614, El Boalo, Mataelpino, Becerril y Cerceda pleitean nuevamente contra La Mesta, esta vez por El Gamonal, hoy un espacio desarbolado en termino municipal de Moralzarzal pero también de uso mancomunado por aquel entonces. Y nuevamente fue por las pretensiones de la cabaña real ganadera de evitar la roturación de los espacios de uso mancomunados.
En 1638, Manzanares pleitea de nuevo
contra Becerril, Moral y el Zarzal por los derechos de cada uno sobre
las dehesas del Carrascal, Matacabras, Rodihuelo y, de nuevo, las de
Garganta y El Berrocal. En el fallo fueron consideradas comunes las
dehesas de El Berrocal y Rodihuelo; las otras se adjudicarían a
Manzanares, concediendo a las aldeas el aprovechamiento propio de los
vecinos del Real y de la Villa y Tierra de Madrid.
Cuando en el
primer tercio del siglo XIX se procede al desmantelamiento del régimen mancomunado, la división provincial de España y la definición de
los límites municipales, la gran Dehesa de El Berrocal fue divida
entre los 6 usufructuarios:
- Manzanares el Real se quedó con la mayor parte (150 Ha aprox), formando un enclavado (territorio desligado de su término municipal) en forma de pentágono irregular;
- Becerril de la Sierra se quedó con la parte Oeste, manteniendo el nombre del actual monte de utilidad pública “Dehesa del Berrocal y Gargantilla”, con 100 Ha. de superficie;
- Moralzarzal con Los Praderones y El Gamonal (en torno a las 143 Ha), al Sur, dando lugar a esa protuberancia o cuña que forma el contorno del término municipal de Moralzarzal;
- El Boalo, Cerceda y Mataelpino, en un primer momento separados, se debieron quedaron con las migajas del monte que entraron dentro de su jurisdicción, aunque la toponimia no ayuda para poder aseverar esta hipótesis en los casos de El Boalo y Cerceda.
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Reparto de la Dehesa de El Berrocal sobre la hoja 508, escala 1:50.000 del IGN de 1923, tras la división municipal en 1833. Nótese las divisiones de los términos de Cerceda, El Boalo y Mataelpino. |
El topónimo "El Berrocal" se mantuvo arraigado en toda el área. El enclavado de Manzanares el Real se denomina en la cartografía “El Real de Manzanares en El Berrocal”. Y el resto de municipios heredaron también el topónimo El Berrocal, como fincas de propios. En el caso de Becerril de la Sierra, al acoger la única parte arbolada del antiguo dominio de El Berrocal, pasaría a principios del siglo XX a formar parte del catálogo de montes de utilidad pública con la denominación Dehesa del Berrocal y Gargantilla (nº 4 del catálogo de Montes de Utilidad Pública).
Nos queda por investigar los efectos de los procesos desamortizadores del siglo XIX sobre los restos de El Berrocal, ahora propiedad de los pueblos, pero no podemos descartar segregaciones y ventas de fincas aledañas que podrían haber formado parte de El Berrocal.
Desmantelado el régimen comunal, otros aprovechamientos y otras formas de organización permitieron el uso de los recursos en este espacio. Aunque la cantería está documentada en la zona al menos desde el siglo XIV, ésta se constituye en actividad fundamental entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, generando una industria local muy próspera que puso la piedra de nuestro subsuelo en fachadas y adoquinados de Madrid. La cantería ha sido seña de identidad de esta comarca.
Desmantelado el régimen comunal, otros aprovechamientos y otras formas de organización permitieron el uso de los recursos en este espacio. Aunque la cantería está documentada en la zona al menos desde el siglo XIV, ésta se constituye en actividad fundamental entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, generando una industria local muy próspera que puso la piedra de nuestro subsuelo en fachadas y adoquinados de Madrid. La cantería ha sido seña de identidad de esta comarca.
Producto de esta economía basada en la
extracción de piedra, entre 1883 y 1956 funcionó una línea de
ferrocarril de vía estrecha que unió en 11 km la estación de
Villalba con un embarcadero de piedra próximo a las canteras de El
Berrocal, todavía visible al cruzar el río Samburiel, en los
antiguos límites de la antigua gran Dehesa de El Berrocal. El "Tren del Berrocal" o el “tren
de la piedra”, en manos de la Compañía del Norte, sirvió para
dar salida a la producción de granito de una amplia zona que incluye
canteras grandes como las varias existentes en El Berrocal o las del Gurugú, pero también
a la producción de innumerables pequeñas canteras que se horadaron
en dehesas boyales y fincas privadas, cuando una buena parte de la
mano de obra se dedicaba a este menester. El tren de El Berrocal
tenía dos locomotoras, una de las cuales se llamaba Berrocal (la
otra Villalba).
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El tren del Berrocal cargado de piedra. Al fondo, el pico de La Maliciosa. Fuente: Blog Historia e "historias", http://sammas2250.blogspot.com.es/2013/02/la-estacion-de-villalba-de-guadarrama.html |
En el primer tercio del siglo XX,
durante la edad de oro de la cantería de granito en nuestra comarca,
los trabajadores de estos municipios y otros colindantes se
organizaban en sociedades de “sacadores de piedra y carreteros”.
En palabras del Sr. Pérez Sánchez, Ingeniero de Minas jefe del
Distrito que visita la zona en 1911, estas organizaciones eran “quizá
la más antigua organización obrera en España”. El Art. 2º del
Reglamento de la asociación de Alpedrete (no hemos encontrado otra
referencia) “era procurar el mejoramiento de los asociados en sus
intereses morales y materiales, ya individuales, ya colectivos,
fomentándolos y desarrollándolos con actividad, conforme a las
leyes generales y a las disposiciones especiales de dicho
Reglamento”. De este forma, continúa el Ingeniero, “se
impusieron a los abastecedores de Madrid y monopolizaron el negocio
de piedra granítica en este centro de consumo”.
Mientras cantería, ganadería
y agricultura dominaron la economía de estos pueblos serranos, los usos en la vieja
Dehesa de El Berrocal se mantuvieron, pero ya no en régimen mancomunado.
Y a partir de los años 60 vino el boom del uso residencial. Pero eso lo contamos en el siguiente post: El Berrocal: el asalto a Los Praderones.
Y a partir de los años 60 vino el boom del uso residencial. Pero eso lo contamos en el siguiente post: El Berrocal: el asalto a Los Praderones.
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El Berrocal II: el asalto a Los Praderones
http://historiasdemoralzarzal.blogspot.com.es/2014/09/el-berrocal-ii-el-asalto-los-praderones.html
La Dehesa vieja nos pertenece
http://historiasdemoralzarzal.blogspot.com.es/2011/06/la-dehesa-vieja-nos-pertenece.html
Fuentes para la elaboración de
esta entrada:
- Martín, Jesús. Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal, 2007.
- Comunidad de Madrid (1999). Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (Zona Oeste). Tomo VII. Dirección General de Arquitectura y Vivienda de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes.
- Manuel Valdés, C.M. (1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
- Estadística Minera de España, 1911. Biblioteca de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas.
- Cartografía 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional, Hoja 508, Cercedilla. Años 1923, 1945,1967,1987,2002.
- Fotografía aérea 1946, 2011.