martes, 1 de mayo de 2012

Ideales y negocios. Carlistas en Moralzarzal

Hace unos meses, durante una jornada de búsqueda de información en el Archivo Municipal de Moralzarzal, Antonio “Zárate” y un servidor descubrimos a un singular personaje ligado a la historia de Moralzarzal: el Barón de Sangarrén.
El Barón de Sangarrén,  Ramón de Altarriba y Villanueva, fue una de las figuras más relevantes del carlismo vasco en el último tercio del siglo XIX y fue también propietario de la concesión minera de las aguas minero-medicinales del manantial de La Fe, en el Portillo de La Mina, uno de los los lugares más mágicos del término municipal de Moralzarzal. 

¿Quienes eran los carlistas? Dice la Wikipedia que el carlismo es un movimiento político tradicionalista de carácter anti-liberal y contrarrevolucionario surgido en España en el siglo XIX que pretendía el establecimiento de una rama alternativa de la dinastía de los Borbones en el trono español. Los carlistas formaban el ala tradicional de la sociedad española de la época, englobando a los sectores católicos radicales y los defensores de la tradición (léanse fueros, privilegios...), siendo sobre todo una reacción anti-liberal ante la modernidad y el progreso de las ideas. Los carlistas utilizaron la disputa por el trono entre Isabel II de España, hija de Fernando VII y Don Carlos María Isidro, hermano del rey, como excusa para enfrentarse al derrumbe del Antiguo Régimen. Más allá del debate sobre la legitimidad del descendiente al trono, las tres guerras carlistas fueron el reflejo de dos diferentes concepciones políticas, sociales y de clase.

El 28 de febrero de 1876, tras la última Guerra Carlista del siglo XIX (1872-1876) el pretendiente al trono Carlos VII cruzó la frontera hacia Francia camino del exilio con cerca de 15.000 combatientes, orgullosos de no haber sido derrotados en el campo de batalla. Los que se quedaron aceptaron a regañadientes al  Rey Alfonso XII y acabaron conviviendo con el nuevo sistema político, la Restauración. 

No vamos a hablar aquí del carlismo, sino de algunos carlistas de este ala pragmática y neo-católica que mantuvieron su consigna "Dios, Patria, Fueros, Rey" al mismo tiempo que hacían negocios en los alrededores de Moralzarzal en el último tercio del siglo XIX.

El primero que vamos a mencionar es D. Ramón Manrique de Lara, el descubridor y promotor del manantial de aguas minero-medicinales de La Fe, del Portillo de La Mina y al que ya nos hemos referido alguna vez en este blog. Manrique de Lara,  autor de libros de contenido religioso ( lo que podría explicar el nombre otorgado al manantial, “La Fe”), perteneció a los círculos ultra-católicos y comités carlistas de Madrid durante la tercera Guerra Carlista (1872-1876), aunque evitó el destierro que sufrieron algunos de sus correligionarios tras prestar juramento de adhesión al Rey Alfonso XII en julio de 1875.

Creemos que fue ese mismo año, 1875, cuando Manrique de Lara comenzó los trabajos o su interés por las aguas del Portillo de La Mina. Fue él quién en mayo de 1883, en la Exposición de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica y Cristalería celebrado en el Parque del Retiro de Madrid, realizó la puesta de largo de las aguas del manantial de La Fe . Las referencias a este personaje aparecen fundamentalmente en el diario La Esperanza, que llevaba el subtítulo de “periódico monárquico”, y que fue el órgano oficioso del carlismo y la cabecera más importante de la prensa absolutista española del siglo XIX.

Pero en torno a 1893 se produce un momento de crisis en la viabilidad de la explotación del manantial. A pesar que durante ese año había salido a concurso la plaza de Director de Baños de La Fe, en el mes de diciembre Manrique de Lara renuncia a la propiedad de la explotación “por no convenir a sus intereses, y no habiéndose presentado licitadores a las tres subastas de dicha mina, verificadas por no haber satisfecho el dueño el pago del canon de superficie” .

Pocos años después, el interés por la explotación de las aguas minero-medicinales del manantial de La Fe recae en el Barón de Sangarrén, una de las figuras más relevantes del carlismo vasco durante el periodo de la Restauración. Este personaje había participado en 1874, durante la Tercera Guerra Carlista,  en el sitio de las tropas carlistas a la ciudad de Bilbao, al frente del Batallón de Durango, siendo posteriormente un representante del ala moderada y pragmática del carlismo tras la proclamación de Alfonso XII, obteniendo la única acta de diputado carlista (por la circunscripción de Azpeitia, Guipúzcoa) en las Cortes de 1886.

Como una parte de la nobleza y la aristocracia de la época, el Barón de Sangarrén mantuvo negocios en el sector minero y del ferrocarril. A partir de jurar su acta de diputado en 1886, se interesa por negocios y concesiones mineras en la provincia de Madrid, apareciendo su esposa la Baronesa de Sangarrén como co-propietaria de la mina de cobre “Pilar”, en la localidad madrileña de Colmenarejo

No sabemos si el Barón de Sangarrén llegaría a realizar mejoras o cambios en la explotación del manantial de La Fe del Portillo de La Mina, ni cuanto tiempo estuvo al frente de la misma. En 1896, salió el nombramiento de la plaza de Médico-Director de Baños, lo que invita a pensar que el establecimiento estaba activo. Pero su aventura empresarial duró poco: en 1900 el Barón de Sangarrén renunció a la concesión minera del Portillo de La Mina, concesión que él había rebautizado con el enigmático nombre de “Mudarra”.

¿Mudarra? ¿por qué Mudarra? Tirando de Wikipedia, leemos que Mudarra es un personaje legendario que aparece en diversos romances, entre ellos el famoso “Romance de los infantes de Lara” y el cantar de gesta  “Los Siete Infantes de Lara”. Según esta leyenda, Mudarra es básicamente un vengador que tiene como objetivo vengar a sus hermanastros, los siete infantes de Lara, que habían sido decapitados por el mismo tío de los infantes.

El nombre de Mudarra podría ser un guiño a Ramón Manrique de Lara, ya que el origen del apellido de este último entronca con la leyenda y su espacio geográfico. Además de compartir el ideario carlista (y su derrota) y vivir ambos en Madrid, Manrique de Lara le pasó el testigo de la explotación del manantial de La Fe al Barón de Sangarrén. Pero este nombre podría ser también la expresión de un estado de ánimo. En esas fechas, en la última década del siglo XIX, permanecía entre un sector de los carlistas una amenaza velada de volver a “echarse al monte”, se incubaba un deseo de venganza por los desmanes del liberalismo. Mudarra puede que fuera el grito de quién contempla al final de sus días como ni su Dios, ni su Patria, ni su Rey, han triunfado. Y clama venganza.

En noviembre de 1900, el mismo año que renuncia a la concesión del Portillo de La Mina de Moralzarzal, el Barón de Sangarrén es detenido de madrugada en un hotel de Bilbao, días después de una nueva intentona golpista del carlismo producida en Badalona (Barcelona). La prensa señalaba que en el momento de su detención, el Barón se encontraba en la ciudad atendiendo sus negocios mineros. 

En 1906 fallece el Barón de Sangarrén, el mismo año en que los Hermanos Magallón recuperan la  explotación del manantial de aguas minero-medicinales de La Fe, actividad que había quedado abandonada durante el cambio de siglo.

Carlos María de Borbón, pretendiente al trono de España bajo el nombre de Carlos VII, moriría en 1909.


Don Carlos María de Borbón

No podríamos acabar este post sin mencionar a otro personaje que guarda todavía los secretos de la presencia de los Carlistas en Moralzarzal: Melchor Antuñano Martínez, natural del Valle de Carranza (Vizcaya), pero residente en Moralzarzal la mayor parte de su vida Pero esa es otra historia...


Fuentes utilizadas para la realización de este post:
  • El Imparcial, 17/07/1875
  • La Esperanza, 4/07/1856
  • El Liberal, 30/05/1883
  • La Vanguardia, 1886
  • El Día, 12/03/1893
  • BOE de la provincia de Madrid, nº 10, 11/01/1894
  • Actas del Ayto de Moralzarzal, 08/01/1900
  • Revista minera Metalúrgica y de Ingeniería, 1902
  • Diario de Huesca, 06/02/1893. En El Diario de Huesca, 125 años después

2 comentarios:

  1. Estimado Sr. Soto:

    Por medio del siguiente comentario le solicitamnos su autorización para publicar parte de su entrada en nuestra revista digital www.tradicionviva.circulocarlista.com, con mención evidentemente de su autoría.

    Le ruego que se está interesado en la publicación de su artículo en nuestra revista nos lo haga saber en la dirección info@circulocarlista.com

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  2. Les contesté vía email pero nunca obtuve respuesta

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